en una promoción, siendo que estamos en esa época, me encontré unas medias rosadas... ¡amor! ... las traje a casa para que vinieran a vivir con las otras hermosas medias que tengo... pasaron los días hasta este sábado, tenía pendiente unas compras y salí en las fachas más horrendas por las calles, he estado monitoreando el área. casi un gimnasio por manzana, muchas boutiques y salones de belleza. Y fue ese último servicio al que presté mucha atención, he querido cortarme el cabello desde que vine.
al fin mi olfato me llevó a un pequeño salón, entré y la lectura inicial fue buena, pregunté el precio y me pareció razonable. así que me decidí y lo hice... me corté el cabello, casi caí en la tentación de hacer un cambio más radical... pero no lo hice... aún hay tiempo para ese cambio... salí satisfecha del local y creo que eso es lo más esencial cuando se trata de un servicio...
una de las lecciones que he aprendido en São Paulo es la individualidad, las ciudades grandes son muy impersonales, todo es masivo y la gente hace un esfuerzo sobre-humano para no hacer contacto con los otros. aún así, los paulistanos no son tímidos en cuando a su estilo personal, así que no pude más que salir a la calle con mi nuevo corte, las medias rosadas y los shorts de mezclilla... "mutante y orgullosa"
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