El semestre terminó, es la hora de las tareas finales, tengo tantas ideas que hay que poner en el papel. Haciendo el recuento de todo debo admitir que tuve buenos maestros y no me refiero sólo al semestre. Todo lo que he aprendido me trajo hasta aquí, es un verdadero lujo y algo de lo que no me arrepiento, porque como diría el señor barbudo que odiaba a las mujeres: así lo quise..
En fin, hoy pensé mucho en mis maestros, los de la vida claro, no dejo de admirarme de su capacidad de aprender y por consiguiente enseñar. Puedo decir que he oído a gente que tiene un conocimiento envidiable y que no ha perdido la capacidad o la oportunidad de transmitirlo a otros. Me siento afortunada, porque al final todo es la suerte y de lo que hacemos con la que nos tocó de lo que brotan esas cosas increíblemente bellas e inesperadas.
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