sábado, 12 de marzo de 2011

teorema y aquello que quiero pero no debo hacer...

Anoche tuve un reencuentro con una de las cintas de Passolini: Teorema. Esta es la segunda vez que veo el filme en su totalidad y sin interrupciones. Creo que toda obra (literaria y demás) debe de tener más de una lectura. Esto no se refiere a la óptica en que es apreciada, sino al ejercicio de re-visitar y re-leer.

El filme nos relata los encuentros de cinco personajes con el "deseo". ¿qué pasa cuando hacemos lo que queremos pero no debemos? Al traspasarse las fronteras de la ética y la moral ¿que queda de nosotros? P. P. P. nos da cinco variables de ese pasaje: la santidad, la locura, la creatividad, la inmoralidad y el despertar.

Esos cinco personajes (la madre, el padre, el hijo, la hija y la doméstica) confrontan sus mayores miedos y vacíos al intimar con un hermoso visitante que a la postre abandona, detonante que desencadena las cinco variables.

Al final no es el "deseo" o el "objeto del deseo" lo que importa, sino esa transmutación que los seres que cruzan la línea del "bien y el mal" sufren. Ello es evidente porque el mismo agente es el que detona "el pecado" en esto cinco personajes, pero ese agente pudo haber sido cualquier cosa un perro, una anciana, un inválido o una mujer, da igual. Era esa transición la que P.P.P. enfatiza y la que al final nos deja helados cuando el filme cierra con el desgarrador grito de Terence Stamp.

¿qué es lo que el pecado dice de los pecadores? ¿que dice el crimen? toda sentencia o castigo es impuesto por los mismos personajes y no por la sociedad. Es así como esto, aquello que quiero pero no debo hacer, es una experiencia personal, un viaje único e inigualable.

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