20 mujeres entraron al patio, todas vestidas con ropas blancas y en ellas estaban escritas historias de violencia familiar y demás. Cada una se quitó el vestido, quedándose con un delgado fustán blanco. Se hincaron y empezaron a lavar sus ropas en un recipiente metálico con un jabón blanco. Poco a poco al compás del violín las letras rojas se fueron diluyendo en el agua. Al final escurrieron sus vestidos y se los pusieron. Ceremoniosamente se retiraron del patio, dejando atrás el agua roja.
Fue un performance muy bello y conmovedor. No tuve que leer el folleto para comprender tanto su significado así como todo el trabajo previo al momento de presentarlo. Al retirarme del área fui abordada por una trabajadora social. Me había confundido por una estudiante de la "PUQUI"...
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