Es una puerta abierta y yo parada en su umbral no vislumbro el paso. Me cuestiono una y otra vez, voy y vengo como el péndulo. Tengo ese boleto y no tengo el coraje para usarlo ni para invitar a alguien a hacerlo. De repente un mensaje que trae una propuesta con la que no contaba, la posibilidad de un retorno.
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