Mi primera deducción viene de la falta de conocimiento de sí mismos que los brasileños demuestran, no conocen lo que han logrado ¡ni intuitivamente! sólo ven lo que aún tienen que lograr. Al ignorar los logros no tienen ese extra empuje para las metas futuras, siendo ese extra empuje lo que asegura la fuerza para alcanzar esas metas cuando todo parece cuesta arriba o incluso perdido. La sumatoria de los logros no puede hacerse de menos, para un país del tercer mundo es esencial en el sentido que los pone en otra perspectiva con relación a los del primer mundo, que al parecer vienen cuesta abajo. Brasileños: van para arriba ¿qué no lo ven?
Ahora si vamos al primer mundo que por necesidad tiene que visitar el tercero, me empuja a morderme la lengua en la mesa o como bien una buena amiga me sugiere: clavarme el tenedor en la pierna. La falta de sensibilidad de algunos de los comentarios y de cómo asumen el papel de superioridad su posición no deja de ofenderme. No reconocen que algunas (no todas) de las carencias del tercer mundo vienen de las posiciones del tercero, simplemente no lo ven. La postura de "nosotros no somos como ellos" inicialmente no se oyó como "hay diferencias culturales" sino como "nosotros los de arriba no somos como los de abajo".
Al percibirme a la defensiva con ese comentario fue cuando me di cuenta que había que hacer algo: cuestionar mi ancla... por su puesto que no somos como ellos porque en realidad todos somos distintos, asumiré el comentario así, en relación a las diferencias horizontales y no a las verticales. Simplemente los brasileños tienen más coincidencias entre sí que nosotros con ellos por ello hoy parece todo tan parcial. Este cambio espero me lleve a ser más pacífica y menos conflictiva.
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