ayer visité el memorial de América Latina y una extraña soledad entró en mi. es muy extraño estar afuera de todo lo conocido. esa perspectiva puede ser dolorosa y por ello renovadora.
hoy después de la misa de pascua recordé mucha de la mitología maya... el sol y su travesía por la noche en el inframundo. esa idea me llevó de la mano por muchas noches... hoy se siente de noche, pero como bien dijo el padre en la misa, después de la noche de nuevo sale el sol.
la pregunta está en la mesa ¿qué necesita el corazón para esas travesías? ¿qué accesorios pondremos en los baticinturones? ¿qué tenemos que dejar atrás?
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