es una de mis frases favoritas de Wilde. Al leer el texto del colocho me recordé mucho de porque algunos permanecen en ese país que a distancia pareciera "putrefacto". En Guatemala reina el eterno desencanto. Es muy extraño, pero allí uno se hunde en ese "humor" de "desolación". Y es cierto como bien menciona él no es sólo la post-guerra, es el cúmulo de muchas cosas y tal vez para algunos demasiadas.
En lo personal ver a desde acá (a distancia) Guatemala me trae al paladar el sabor del dolor. Eso es mi ahora. Espero no ser otro cerebro en fuga pero espero ser a su vez ser un cerebro encontrado, reconocido y recibido. A la fecha Guatemala no me ha dado eso. A manera de ser subversiva quisiera quitarme la bandera y ponerme el escudo de quien a bien tenga recibirme, si me reciben y florezco ¿por qué no? Ese es mi ahora.
Pienso en el síndrome de aquellos que se fueron, recuerdo la entrevista de Juan Luis Font (Colección Pensamiento CCE no recuerdo si es el primer o segundo volumen) y es inevitable no rememorar, de manera clara, el profundo sentimiento de culpa de haber "salido". Puedo dar testimonio que nunca se sale y a ello agrego que Guatemala se lleva en la sangre.
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