sábado, 16 de mayo de 2009

ASTRO-lógico

La goma, esa goma que se traslada a una envoltura elástica que ni una ducha te quita. Al doctor con la goma, a los mandados con la goma. La herida. Así que regreso a casa con el afán de descansar cuando Telma llama para decirme que vienen para acá.

El destino es GRANADA. Me duermo para recuperar fuerzas y dentro de la levedad del sueño oigo el teléfono. Los cómplices: Telma, Breitner, Calamardo y un invitado especial. En el fondo quiero cambiar el rumbo... ASTRODOMO...mmmmmm así que cuando me pasan a traer sugiero la alternativa y nos vamos por un pichel, cuando se acaba nos dirigimos al LIBRE CAFE. Un capucchino... que cerdos.

El Calamardo ya está en GRANADA esperándonos. Caminamos hasta allá. Al llegar ya estaba sentado con un litro. Seguimos. Nos sentamos en la mesa del fondo y a pelar. El ausente es el pelado en este caso le toca a nuestro querido amigo LESTER. A punto de casarse, ni modo, pero lo queremos de todos modos.


Comemos, bebemos y pelamos. Esa es la consigna de éste sábado. Así que nos vamos... de vuelta al ASTRODOMO. Full música de los 90's. Ahhhh juventud divino tesoro. La juventud se desperdicia en los jóvenes. En las servilletas escribimos más nombres de canciones de los noventas. No hay lugar más kith que el ASTRODOMO. Así que pedimos todo lo kitch: MILLI VANILI, WHITNEY HOUSTON, EMMANUEL, DANIELA ROMO, TECNOTRONIC, etc....

Las kermeses, los sperry, los reebok negros, los pantalones de genio y todas las ganas de vivir. Seres sin responsabilidad alguna. Eso eramos entonces. No hay casos misteriosos o consignas políticas en esa adolescencia noventera. En esa época vivíamos sin preocupación alguna. Las camio constaban menos de un quetzal y no se moría tanta gente en ellas.

Recordar es vivir y como dice Calamardo el Nestor, hermano de Breitner, ni siquiera había salido de los huevos de su tata. Los pasos, la moda y nosotros los de entonces. Baile, más chela y más trago. La noche se diluye. Se acaba la chela y se paga la cuenta. Nos espacimos como el agua y cada quien para su casa. Subo cansada de dos días de farra... recordar es vivir, por un instante, eso lejano y ausente. Esa ternura de los noventa que de algún modo aún logramos conservar.

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