La arena de las playas en Chile es otra, no es como la nuestra negra y espesa.... más bien liviana con un tono dorado opaco. La pisé suavemente hasta que la ola fría y salada se aproximó a limitar mi andar. Por mi nariz se coló la brisa y mi cabello se humedeció levemente... era otro pacífico, otro mar, otra violencia y una profundidad diferente.
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