Una paca más. Un punto menos. No hablo de punto para referirme a un lugar de transacción de substancias ilegales, me refiero a un lugar donde muchos convergimos alguna vez. Yo tomé allí también. No soy rockera, pero me gusta el rock. EL ROCK ES CULTURA... No soy de poca monta, pero estoy tatuada. Y es que fue eso alguna vez ese lugar, fue algo aunque pareciese otra cosa. Fue un lugar para el que se atreviese a entrar y lugares así hay muchos en El Centro.
Desprecio profundamente a aquel que diga que se alegra que lugares así “hacen bien” en cerrar, lugares así hacen al Centro lo que es. Todo lugar tiene un tiempo de vida... y a este se le terminó el suyo... Sea cual fuese la causa se fue La Cueva y me tomo el tiempo para reflexionar acerca de como La Ciudad es orgánica, un ente con vida propia que tiene la capacidad de crecer y talvez hasta de re-invertarse. El punto es que otra luz nocturna se diluye, me sacudo la indiferencia para pararme en esta esquina y ver la paca sombría que ocupa su lugar.
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