un domingo más y que más que ir al cerro un domingo. niños por todos lados y toldos dispuestos en un peculiar "orden", todo como esenario de las celebraciones del día del libro.
los niños y sus historias. detras de cada sonrisa hay un espesor amargo, un sorbo de realidad que un domingo se introduce a mi imaginación. las historias, de aquellas que te retuercen el alma y te abofetean las ganas.
un apagón y el ruido no desiste. las carcajadas burbujeantes suben hasta las copas de los árboles y de allí parten al infinito. un día de los pocos en que se toma un espacio público, los personajes sombríos del cerro se mezclan con las luces que apenas están empezando a brillar. después de todo aquí en este pequeño país hay de todo...
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