que noches aqueas... fui al teatro caminando... estuvo chilero el ejercicio estrionico.. regresé en un taxi y casaqueando con el taxista le saqué la tarjeta... buena onda el chavo... al llegar a la puerta de dondel poncho había dos repartidores de pizza a los que saludé... ya eran las nueve, en la calle sólo estaban los putos en la esquina.. toqué duro la puerta y me abrió el poncho.. al entrar me contó que habían asaltado al repartidor recién al entregar la pizza... total que al entrar estaba el armandito, su mujer y la carlita.. y a platicar se ha dicho... total que me recomendaron a la Tigresa del Oriente... y aquí está...
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