fuimos al circo el viernes... fue toda una aventura... bien que me aventé una cuadra en contra de la vía para entrar. no había de otra, era entrar o quedarme con las ganas de ver la función.
de nuevo los payasos,
de nuevo las risas y
de nuevo la jaula para los tigres.
es aquí donde recordé a tomás. se me hace un nudo en la garganta acordarme de él. la piel de los tigres vibrante con los colores del fuego plasmados en su cuerpo. esas bestias poderosas e intensas dominadas con un delgado y alargado látigo. la fragilidad del domador que posee la certeza que un día éstas se levantaran de su humillante yugo para devorarlo. esa noche no fue el caso. el choque entre esas dos pasiones, el tirano y el rebelde, me llevan a tomás de nuevo.
esa intensidad de vivir y sufrir invocan su presencia...
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