miércoles, 26 de noviembre de 2008

al final del día

la ciudad y sus luces neón. ahora chillan a su lado los destellos multicolor de los arreglos navideños. ternura para los insípidos y ausencias para nosotros los huérfanos. llegan las seis y sales de trabajar. la taquicardia de las horas pico, el recorrido de vuelta a casa. los personajes con abrigo se apersonan en la sexta. las carretas con los “combos de cenas de a cinco pesos”, un pan y café. las ventas que se pliegan de nuevo en alguna bodega húmeda y corroída. un orgasmo móvil perceptible para todos, la cúspide del tránsito que reverbera por las calles para desahogarse lento y volver a la noche de un corazón muerto. se baja el telón para dar paso a la noche. de noche el centro muere en un sueño, ahora frío y lento. ya es diciembre.

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