si algo aprendí afuera es que "es posible"...
todos los días dentro del vagón lleno mantengo el equilibrio, pues por ser pequeña estoy en el medio de la multitud y no alcanzo la barra.
aprendí a doblar las rodillas y a seguir el movimento del tren, a recostarme un poco de un lado cuando siento que va a frenar y a parar cuando para. en pocas palabras: aprendí a fluir.
la barra es una ilusión, aunque el tren está parado muchos se agarran y no se sueltan, no la necesitan, es más fácil seguir agarrado, depender, culpar, señalar, en fin... muchos de los vicios de la mente (al final esas son las barras a las que nos agarramos).
entendí que si aprendí a vivir sin esa barra, vivir sin ti es posible, es posible, es posible....
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