martes, 9 de octubre de 2018

mar

Lenta y sigilosamente te aproximas
Devorando la arena.
Y quieto, me miras.
Retrocedes, te aproximas,
Esa cadencia se volvió un baile eterno.

No sé ya cuántas veces he intentado levantarme,
e irme para siempre.
Perdí la cuenta.
Sé que intento apoyar el peso en las manos para levantar al resto de mi cuerpo,
que cansado cae de nuevo en la arena...

Será tu olor salado,
O la brisa áspera de tu aliento,
Estoy anclada en la playa.
Tal vez ya me perdí en tu inmensidad
Y aún no me di cuenta...